Así se vive un día de entrega de viviendas en la Colmena, San Cristóbal
Es 8 de abril y el día está oscuro, las nubes grises advierten lluvias todo el día, pero eso no impide que el equipo de comunicaciones esté listo a las 8:00 de la mañana para salir del edificio de la Secretaría Distrital del Hábitat ubicado en Chapinero y coger camino hacia la Colmena, en la localidad de San Cristóbal donde sabemos que será un día cargado de mucha felicidad, emociones e historias de las familias a las que se les cumplió el sueño de tener casa propia.
La mañana avanzó y el día se fue tornando un poco más claro. El tráfico había disminuido un poco y eso permitió que el recorrido fuera rápido. Al comenzar a subir hacia la Colmena, observamos que todas las vías por donde pasábamos estaban en buen estado, notamos que la comunidad era muy unida y que se esfuerzan por mantener el espacio limpio. Por fin llegamos, ya eran las 9:20 de la mañana y al girar por una calle sin salida dimos con el frente de una puerta hecha con teja de lata gris donde era la entrada al proyecto.
Después de un registro y todo lo reglamentado en términos de bioseguridad, nos dieron acceso. Eran las torres nuevas, pintadas de color morado con gris, con algunos espacios verdes, un salón para eventos sociales, parqueaderos y andenes adoquinados que finalizan en una zona con vista a gran parte de la ciudad.
Una de las beneficiadas fue María Giovanna Gutiérrez, madre de tres niños, santandereana de piel trigueña, cabello (claro/oscuro) y ojos negros. Ella es una mujer valiente y luchadora. Lleva 22 años viviendo en Bogotá con su esposo, tiene un “puestico” frente al Banco Agrario donde trabaja vendiendo libros todo el día, oficio que le ha permitido sostener a su familia pese a todas las adversidades.
A pesar de que su rostro denota muchas batallas libradas ella no deja de sonreír y de dar gracias a Dios, pues es quien, según dice, la ha acompañado durante toda la vida y en los retos que ha tenido, como el de llegar a la capital y vender dulces hasta en los buses. Por eso, lo primero que hizo el día que las llaves giraron en el cerrojo del que de ahora en adelante será su apartamento, fue elevar una plegaria y agradecer. Finalmente, María conseguía un sueño para ella y para sus hijos.
Recuerda que todo comenzó un día mientras hacía fila para reclamar un mercado como parte de las ayudas que recibe. Escuchó a varias mujeres hablar del subsidio del Hábitat, le interesó y se puso manos a la obra. Averiguó por todos los medios, aplicó y lo logró. Hoy ve los resultados de su persistencia.
“No es fácil”, dice. Sin embargo, ella ha aplicado como filosofía de vida que el trabajo y la paciencia premian, hoy ve los resultados. Da gracias por el subsidio que le entrega la Secretaría Distrital del Hábitat y no puede creer que ya tenga un techo, su techo.
Le pedimos que nos diga algo, a lo que responde: “a las mujeres les aconsejo que luchen, no se rindan, nosotras todo lo podemos lograr. Averigüen y preséntense a las convocatorias y con la ayuda de los subsidios del Distrito hagan sus sueños realidad”.
Este proyecto ha sido gestionado desde la administración Distrital a través de la Secretaría Distrital del Hábitat y la empresa de Renovación y Desarrollo Urbano (ERU). En un trabajo conjunto, la meta es entregar 131 unidades habitacionales para población vulnerable. La inversión ronda en los $2.000 millones y como María Giovanna, varios ciudadanos y ciudadanas ya se han visto beneficiados.