“Hoy tengo una vivienda digna para ofrecerle a mi hija”
Tras varios años de superar obstáculos y grandes esfuerzos en la capital del país, una madre cabeza de familia, originaria del departamento de Arauca, logró alcanzar un sueño que parecía inalcanzable.
Martha Yamile Díaz Ortiz no recuerda con exactitud el año que llegó a Bogotá. Dice que tal vez fue por el año 2001 en un día que hacía mucho frío. Lo que sí recuerda claramente es el sentimiento de desamparo que la embargaba por aquellos días. Había llegado en un vuelo de urgencia junto a su familia, luego de ser víctimas de desplazamiento por parte de grupos armados ilegales en el departamento de Arauca. “Yo solo traía una camiseta puesta y dije: ‘Dios mío y ¿ahora?’”. Como muchos colombianos, que han padecido los rigores de la violencia, debió comenzar de nuevo en una ciudad que para ella era extraña y ajena.
Incluso durante varios días Martha Yamile junto a sus seres queridos, entre quienes estaba un hermano menor, tuvieron que quedarse en la calle. En medio de aquella sensación de orfandad, la posibilidad de que algún día pudieran tener una vivienda propia en un lugar distante de la finca que se vieron obligados a que dejar abandonada en el municipio de Tame, no era más que una ilusión. “Mucha gente nos discriminaba porque éramos desplazados. Nos trataban mal, de ladrones. De todo. Dios sabe que eso no es así”, dice apesadumbrada.
Con el firme propósito de no dejarse vencer por la adversidad ella y su familia comenzaron a realizar un sinnúmero de trabajos informales para conseguir su sustento y pagar los arrendamientos de los lugares en los que vivían. “He trabajado en obras. Realmente en lo que me salga. Si me tocaba salir a vender cosas en la calle lo hacía porque el trabajo no es deshonra”, cuenta Martha Yamile. Además de la fortaleza que fue adquiriendo al superar los obstáculos y las dificultades que tuvo que vivir, el nacimiento de su hija Jennifer, varios años después de haber llegado a la capital del país, se convirtió en un nuevo motivo para salir adelante y cumplir sus propósitos y deseos.
Inspirada en la profunda espiritualidad en la que fundamenta su vida durante años confió en que, a pesar de sus dificultades económicas, algún día podría tener una vivienda propia. En ese lugar imaginado terminaría la trashumancia que tuvo que vivir por cuenta de la violencia y el destierro. Pero no fue fácil. Aunque visitó e hizo fila en varios proyectos de vivienda, sentía que aún no había encontrado aquel refugio en el que, como ella misma dice, iba a estar el resto de su vida. Pero la ansiada oportunidad finalmente llegó.
“Un día pasé por acá y vi estos apartamentos azules. Los miré y en un momento me detuve y me paré ahí afuera. Cerré mis ojos y sentí en mi corazón ese deseo de vivir acá. Vi que estaba bajando mi trasteo aquí”, afirma Díaz. Y su sueño se convirtió en realidad. Junto a su hija, el pasado 20 de octubre de 2021, recibió uno de los 40 de 168 apartamentos de Interés Prioritario de la Urbanización Usme 3, que fueron entregados a sus beneficiarios por la Secretaría Distrital de Hábitat y la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá – ERU –.
“Es un proyecto conformado por siete torres, cada una de 24 apartamentos. Se encuentra en el sector de La Victoria, en la salida al Llano. Muy cerca tiene una biblioteca, un hospital, colegios y un CADE (Centro de Atención Distrital Especializado). Todos los servicios que necesita la comunidad. Esperamos que en lo que falta de este semestre podamos entregar la totalidad del proyecto que inició su construcción en el año 2018”, afirmó el gerente de la ERU, Juan Guillermo Jiménez.
Pese a haber sufrido el fallecimiento de su padre hace cuatro meses y haber superado el contagio, los síntomas y los efectos adversos del Covid-19, Martha Díaz no pudo evitar fundirse en un abrazo interminable con su pequeña hija luego de recibir las llaves de su nuevo apartamento. “Soy madre cabeza de familia y me han tocado momentos muy duros en mi vida. Pero hoy me siento muy feliz y agradecida. La vida continúa y Dios me regaló una hermosa hija para seguir adelante, para luchar en la vida. Muchas gracias”.
En la actualidad trabaja en una empresa de aseo de la ciudad y ahora su propósito es ahorrar para enchapar las paredes y ponerle los pisos a su vivienda. Ella sabe que, como otras vicisitudes que ha podido superar, también alcanzará esa nueva meta en su vida. “Yo sé que trabajando y con esfuerzo lo voy a lograr”.