Cementerio Central de Bogotá: historia de este Monumento de Interés Nacional cuyos alrededores se revitalizará
Entender la importancia del Plan Parcial Calle 24, con el que la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá revitalizará el barrio Santa Fe, implica conocer la historia de un gigante de piedra y mármol cuya imagen fortalecerá: el Cementerio Central.
El lugar comenzó a operar desde 1832, bajo el nombre de Cementerio Universal, aunque abrió sus puertas de manera definitiva solo hasta 1836. Su construcción en buena medida obedeció a Buenaventura Ahumada, alcalde ordinario de segunda nominación en Bogotá, quien solicitó al Cabildo un terreno para enterrar a los muertos; su cadáver fue el primero en ser sepultado en este lugar, donde además yacen los restos del presidente de la República de ese entonces, Francisco de Paula Santander, que falleció cuatro años después de su apertura.
En el cementerio también están las tumbas de personajes ilustres en la historia del país, como el alemán Leo Kopp, fundador de Bavaria; el escritor Rafael Pombo, cuyo Rinrín renacuajo aún se enseña en las aulas, y el astrónomo Julio Garavito, quien durante años fue homenajeado con su rostro en el billete de 20.000 pesos.
Ubicado entre las calles 22 y 26, de la transversal 17 a la carrera 22, en la localidad de Los Mártires, consta de tres denominados globos. El Globo A es el sector más antiguo y destaca tanto por bóvedas como mausoleos con llamativas esculturas, siendo el que mayor interés despierta en los turistas.
El Globo B, que destaca por sus columbarios, fue conocido como el Cementerio de los pobres y donde trasladaron los muertos del Bogotazo: se dispusieron 8.957 tumbas vacías para ellos en cuatro pabellones. En parte de lo que fue su espacio, sobresale el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, inaugurado casi una década atrás, el 6 de diciembre de 2012.
Entretanto, el Globo C recibió a quienes no contaban con muchos recursos económicos en el momento de su muerte, la mayoría, según se dice, enterrados en fosas comunes; allí, hoy se erige el Parque del Renacimiento. También hacen parte de la necrópolis el cementerio alemán, en el costado occidental, y el inglés, en el oriental, donde para ingresar es necesario un permiso especial.
El Cementerio Central, declarado Monumento Nacional mediante el Decreto 2390 del 26 de septiembre de 1984 debido a su valor histórico, arquitectónico y cultural, además representó la manera de ganarse de vida de decenas de familias en la capital, algunas dedicadas a talla de lápidas en mármol y otros a la elaboración de arreglos florales para los muertos. La tradición continúa y muestra de ello son los herederos de estas labores, que permanecen en la carrera 19, entre calles 24 y 26.
Como parte del Plan Parcial Calle 24 de la Empresa de Renovación Urbana de Bogotá (ERU), y de la formulación del Plan Especial de Manejo y Protección del Cementerio Central, el lugar se verá beneficiado con tres acciones concretas.
La primera tiene que ver con la intervención de la Calle 24 (frente sur del Cementerio Central), donde, entre otras, se planea un bosque urbano. La segunda está relacionada con la ampliación del cementerio y la Capilla de las Ánimas, y la tercera con la estrategia de primeros pisos activos de esta zona, para que aporten vitalidad al espacio público y los sitios emblemáticos del Centro.